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Mujeres zapatistas
Introducción
Eloísa (Ex integrante de la Junta de Buen Gobierno. MAREZ San Pedro Michoacán)
En nuestra zona nosotras como compañeras no participábamos, nuestras compañeras de más antes no tenían esa idea de que nosotras como mujeres podemos participar, teníamos el pensamiento
de que nosotras las mujeres sólo servimos para el hogar o cuidar los hijos, hacer la comida. Tal vez será por la misma ignorancia que hay en el capitalismo que eso era lo que teníamos en la cabeza,
pero también nosotras como mujeres sentíamos
el temor de no poder hacer cosas fuera del hogar y tampoco teníamos ese espacio de parte de los compañeros, no teníamos
esa libertad de participar, de hablar, como que se pensaba que los hombres eran más que nosotras.
Cuando estábamos bajo el dominio de nuestros padres no nos daban esa libertad de salir pues era
mucho el machismo que se vivía antes. Tal vez no era porque los compañeros
quisieran hacer así, sino porque tenían la idea que el mismo capitalismo o el mismo sistema nos metió en la cabeza. También el que el compañero
no esté acostumbrado a hacer oficios dentro del hogar, cuidar los hijos,
lavar la ropa, hacer la comida, es lo que dificulta
que la compañera pueda salir a hacer su trabajo, porque al compañero se le hace difícil cuidar a los hijos para que su compañera salga.
Antes, las compañeras vivían bajo dominio de sus padres y como tenemos un respeto por nuestros padres, ellos decían si sus hijas podían hacer el trabajo o no, las mujeres no iban a donde
querían hacer el trabajo. Si nuestros padres nos dicen “no vas a ir”, a veces le respetamos,
porque tenemos en la cabeza que debemos respetar a nuestros
padres. Hay veces en que nuestros papás no nos dejan salir, piensan que al sacarnos de nuestras
casas no vamos a ir al trabajo que nos corresponde, sino que vamos a hacer otras cosas y después involucrarlos
en problemas,
piensan los papás que van a tener que arreglar nuestros
diferentes problemas que tenemos como mujeres. A
veces también ésa es la idea de nuestros padres o de los esposos de las compañeras
que ya tienen pareja.
Pero después, cuando llegó nuestra organización,
empezamos a ver las distintas
áreas de trabajo que tenemos como organización
del EZLN y empezamos a desempeñar diferentes trabajos
como compañeras. Al principio nos costó un poco, no fue fácil, como tenemos en la cabeza que no podemos
como mujeres se nos hizo difícil
empezar como compañeras.
En nuestra zona al principio se empezó con la asociación de municipios, desde ese entonces
participó una compañera,
ahí estuvo representando esa compañera, casi la mayoría eran compañeros,
pero esa compañera estuvo enfrentando el trabajo que le correspondía y esa compañera es la misma que fue miembro de nuestra Junta de Buen Gobierno, ella fue la primer mujer de nuestra zona que ocupó ese cargo, participó y estuvo el mismo tiempo que los compañeros
que estuvieron ahí en ese periodo de la Junta de Buen Gobierno,
ella terminó su trabajo. Tal vez la compañera
se sentía sola pero habíamos otras compañeras que no teníamos todavía el valor de participar, tal vez porque
sentíamos que no teníamos capacidad como compañeras o porque no teníamos ese valor de
participar, de hablar, de decidir, de opinar, eso es lo que se nos hace difícil
como compañeras.
En otros periodos
de nuestra
Junta ya fuimos
más compañeras las
que trabajamos ahí. Pero también hay compañeras a las que las eligen para un cargo y están ahí, pero estando en el
trabajo a veces se les hace difícil y piensan que no van a poder, se sienten incapaces
de hacer ese
trabajo, por eso algunas veces dejan tirado el trabajo y se salen. Sucede que también nombramos
compañeras jóvenas,
pero nosotros discutíamos un poco que al meter jóvenas en los trabajos a veces como
jóvenas no se ponen responsables en nuestro trabajo. A veces estando dentro del trabajo las compañeras se casan, si se va la compañera con un compa a veces le da la libertad que siga con su
trabajo o que siga participando, pero a veces muchas de nuestras
compañeras se han ido con los que no son compañeros, se van con los priistas o con otras organizaciones y ya dejan tirado el trabajo, aunque la compañera ya esté avanzada,
aunque ya tenga esa participación como compañera.
Eso sucede porque como compañeras
desde un principio
no hemos tenido ningún cargo más chico en nuestro pueblo, más chicos, como ser representante de compañeras o dirigir trabajos colectivos de compañeras dentro del pueblo. Entonces cuando las nombran en las distintas instancias
de gobierno más altas, como el municipio,
la Junta de Buen Gobierno, se nos hace difícil desempeñar
ese trabajo porque desde nuestro pueblo no hemos agarrado esa práctica de participar. Cuando nos
nombran a una instancia más grande para controlar un municipio o nuestra zona, se nos hace difícil desempeñar ese tipo de trabajo como mujeres, a veces por falta de capacidad
o de no saber leer,
escribir, eso hace que no podamos hacer bien el trabajo.
También hemos visto compañeras que tienen ese deseo de aprender, de trabajar dentro de las diferentes áreas de gobierno, esas compañeras han sacado adelante su trabajo. Aunque hay compañeras
que no saben leer, no saben escribir, pero si están dispuestas las compañeras
a trabajar sí sale adelante el
trabajo. Nos hemos dado cuenta que compañeras
que entramos con baja capacidad
en el trabajo ya dentro del trabajo vamos agarrando el ritmo de cómo hacer los trabajos dentro de la oficina.
Decimos que no hay un libro
donde
nos guiemos cómo hacer la autonomía
en nuestro gobierno, no hay un libro que nos dirija,
vamos aprendiendo con el
trabajo. Lo que nos cuesta como compañeras
es aprender a hablar, a decidir, a opinar y a proponer cosas nuevas para que nos lleven a un camino nuevo. Pero no estamos sin la participación de las compañeras, en las distintas áreas de trabajo en
nuestra zona, así como en los distintos
niveles de gobierno y en otras áreas como salud y educación, de por sí están participando compañeras. Ya tenemos
compañeras en todas las áreas,
aunque no al 100%, pero tenemos compañeras en las
diferentes áreas.
Vemos que es gracias a nuestra organización del EZLN, que nos ha llevado por este nuevo
camino, que estamos ahorita participando como compañeras. Nuestra organización
hizo que como
compañeras nos despertáramos, que nos destapáramos los ojos de dónde estábamos, que no era bueno cómo nos sentíamos
incapaces de
hacer
el trabajo, que sí
podemos como compañeras.
Esto hizo
que como
mujeres empecemos
a
desempeñar cargos,
hemos visto
que en
ninguna organización de partidos políticos ni en una religión se ha dado este paso como el que nosotras
llevamos aquí en nuestra organización.
Es así es como hemos participado como compañeras, ya tenemos compañeras en las diferentes
áreas de trabajo,
pero eso depende mucho de cada compañera porque no todas tenemos la misma
capacidad de aprender
rápido en el trabajo. Hay unas que nos cuesta aprender en el trabajo y unas que más rápido le agarran cómo hacer el trabajo. Hay muchas compañeras
que nos cuesta para empezar
en un trabajo,
nos cuesta agarrar caminos nuevos como compañeras, como no estamos acostumbradas
sí nos cuesta aprender, pero eso ya depende mucho de cada compañera y depende del interés que tengamos cada compañera para
hacer
el trabajo.
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Preguntas
¿Cómo hicieron para que participen las compañeras en el gobierno autónomo, quién motiva la
participación de las compañeras
en esa zona?
Desde nuestra zona,
desde nuestra
Junta de
Buen Gobierno,
desde nuestros
consejos municipales, se
han convocado
asambleas de
compañeras
y compañeros municipales, se
han convocado asambleas de zona y ahí han participado compañeras y compañeros; desde ahí se
empieza, desde nuestras autoridades que nos están representando como Junta de Buen Gobierno
o autoridades municipales, desde ahí se le dice a los autoridades locales que promuevan en sus
pueblos la participación de las compañeras. Nosotros
participamos como autoridades locales desde
nuestros pueblos, yendo a las reuniones de municipio, de zona y le decimos a los compañeros
que al llegar al pueblo le
den
el espacio a las
compañeras que ya
son
autoridades para que ellas primero
empiecen a informar de lo que pudo aprender, lo que pudo escuchar en la asamblea,
para que eso motive
a las demás compañeras
a participar. Pero eso empieza desde nuestras autoridades de las
distintas áreas que tenemos ahí.
A veces pasa que ya estamos en el cargo pero no opinamos. ¿Esas autoridades comisariadas,
agentas, participan como debe ser?
Hay unos pueblos en
donde las compañeras sí
ya participan junto con
los compañeros.
En los pueblos también se hacen reuniones,
a veces son exclusivamente juntas de compañeras, nos
reunimos puras compañeras
para organizar trabajos
colectivos dentro del pueblo, las compañeras
los promueven los trabajos colectivos,
pero también hay asambleas en que nos reunimos junto con los compañeros. Dentro del pueblo también las compañeras ya opinan, pero no el 100% de las
compañeras tienen esa capacidad
de participar, de opinar, estando junto con los compañeros
vamos aprendiendo y escuchando
de lo que los
compañeros proponen,
opinan, entonces cuando a nosotros
nos toca participar
también agarramos idea de los compañeros.
¿Opinan también las compañeras cuando resuelven problemas?
Hay algunos pueblos
en donde
sí las
compañeras han definido algunos
asuntos, donde tenemos un poco la baja participación es en los consejos municipales, hay compañeras que todavía no opinan.
Igual en nuestra Junta de Buen Gobierno hay compañeras
que han dado solución a problemas,
hemos llegado ya hasta ahí compañeras que a veces que nos ha tocado dirigir un equipo dentro de la Junta de Buen Gobierno.
Si llega un asunto para resolver, por ejemplo del área de justicia,
no sólo el que lleva el área de justicia lo resuelve, el que encabeza el equipo dentro de la Junta de Buen Gobierno es la que dirige cómo
resolverle o cómo darle solución a ese problema, pero
participan los demás. Pero sí ya hay compañeras que pueden decidir en esos problemas
y pueden darles solución.
Con toda sinceridad, nos podrían decir cómo andan en toda la zona, en los pueblos donde hay
compañeras que son comisariadas y agentas. ¿Son mayoría ya? ¿En esas comunidades
donde hay compañeras que son autoridades resuelven lo que sucede en una comunidad o es todavía que está aprendiendo?
La representación de las compañeras la tenemos ya en la mayoría de los pueblos. Lo de definir
asuntos como autoridades
solas todavía no tenemos en todos los pueblos, somos claras en decir que no en todos los pueblos se ha hecho eso, se hace junto con los compañeros autoridades. Cuando
tenemos algún problema convocamos reuniones de autoridades entre compañeros y compañeras,
para que se apoyen entre todos y para que así podamos aprender de lo que los compas hacen.
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¿Ese es un plan de ustedes ahí de toda la zona?
Sí, eso se ha dicho como zona, que las compañeras que no todavía
no sepan resolver
se apoyen con los
compañeros, y eso hemos dicho también como compañeros, que donde las compañeras no pueden
resolver un asunto también
para eso están los compañeros autoridades, para que las apoyen.
¿Qué dificultades han tenido a la hora de nombrar a las compañeras en los pueblos y cómo resuelven esa dificultad? Por ejemplo si no acepta la compañera por algún motivo.
Eso de por sí nos ha pasado en el nombramiento de autoridades, a veces cuando nombramos
a las compañeras dicen que no van a poder, por ciertos motivos a veces la compañera no acepta hacer el trabajo, pero lo solucionamos con las demás compañeras que están en el pueblo. Hay compañeras
que aunque no sepan, que no sabemos leer o escribir, hablar, opinar, pero hay compañeras
que sí se deciden
porque han visto otras compañeras que participan,
entonces se deciden a agarrar el trabajo dentro del pueblo. Pero sí nos ha pasado que hay compañeras que nos han rechazado el trabajo y por eso se les ha dicho a las compañeras
que ya participan dentro del pueblo que motiven a las compañeras que no participan.
Dificultades de la
participación de las mujeres en los trabajos
Nabil (Integrante del Consejo Autónomo. MAREZ Tierra y Libertad)
1.- Dentro de los trabajos que hemos venido realizando,
conforme el paso del tiempo, fuimos encontrando dificultades que no nos dejaban realizar los trabajos en la lucha. En algunos pueblos no había
o no
hay el apoyo moral que algunas o muchas de nosotras, como mujeres que apenas estamos participando o tomando un cargo, necesitamos, mucho más si nos sentimos incapaces de ejercer
el trabajo que nos toca. Otra dificultad
es quizá el temor de equivocarnos en los trabajos que nos toca desempeñar, o el miedo de que los compañeros se burlen de nuestra participación, cuando por
supuesto que todos
empezamos desde
abajo.
2.- Que quizá no había ese valor como para enfrentar o darle solución
a un problema,
aunque sea lo más pequeño que sucede en nuestros trabajos
que estamos ejerciendo en la lucha. Quizá porque no había esa voluntad o ese empeño para desarrollar nuestra capacidad como mujer.
3.- Tener una fuerte cantidad
de hijos, también eso provocaba que nosotras como mujeres
no dedicáramos un poco más de tiempo a nuestros trabajos que nos corresponden en la lucha
zapatista. Esta dificultad
se hacía más grande cuando en la familia el compañero no tomaba la
responsabilidad de cuidar y mantener a los hijos en el momento que la compañera salía y se iba a
realizar los trabajos.
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Marisol (Ex integrante de la Junta de Buen Gobierno. MAREZ San Pedro de Michoacán)
La cuarta dificultad que encontramos como compañeras y que se ha enfrentado
mucho en nosotras
es el problema del estudio, el no saber leer y escribir. A lo mejor es porque no tuvimos quién nos
enseñe, especialmente las compañeras
que estaban ya grandes en el 94, cuando se inició. A veces se le da el cargo a esa compañera
y lo primero que nos dice es “no sé leer ni escribir”. Tal vez tiene razón
porque antes de 94 no había educación para nuestros padres.
Pero aun con ese problema hay compañeras que estamos haciendo el esfuerzo de participar. En los pueblos hay compañeras que no saben leer ni escribir pero sí se animan a tomar el cargo en compañía
de otra compañera que sí sepa, como quien dice su secretaria, para que ella anote y la compañera lo poco que logre grabar en su mente con eso ayuda a la que escribió.
Tenemos compañeras en el Consejo que también están así, ya están participando y no sabe leer, pero con la otra compañera, o con los demás compas, se apoya y ahí está su participación. No podemos decir que no están
haciendo el trabajo porque aunque no arreglen los problemas ellas solas
participan en otros trabajos, por ejemplo, en nuestro caracol pasan turno las consejas y consejos en el centro, allí llegan las compañeras, pasan turno en el radio, en otros trabajos
que se necesitan en el centro.
Las compañeras sí están participando.
También en la Junta tenemos una compañera que no mucho, pero sí ya está avanzada la
compañera, ella no sabe leer ni escribir. Estábamos todavía nosotras en el periodo de la Junta cuando a ella le tocó entrar, le ponemos atención,
le mostramos lo que hacemos, le vamos enseñando lo poco que ella va a poder
aprender, incluso empezó a escribir su nombre ella sola.
Ella sola se esforzaba queriendo aprender, porque decía que veía letras, veía libros y decía que
quería saber qué dice ahí. Entonces le decíamos, con otras compañeras, “así lo vas a hacer,
compañera, así dice”. Es una experiencia que esa compañera está aprendiendo en el trabajo, ya se está animando con la ayuda de las otras compañeras, o en lo que no podemos enseñarle
nosotras ahí está un compa. Ya le decimos al compa o la compañera:
– Pregunta tu duda con el compa –
y así lo hace la compañera.
Ahorita
esa compañera cuando queríamos sacar
una copia en la copiadora, dice:
– ¿Vas a sacar copia?
– Sí,
compañera.
– Ah,
voy a prender el motor.
Y antes en su casa esa compañera
no sabía prender un motor, no sabía cómo
llenar un motor de gas, esa compañera
ya ahorita lo sabe hacer, y entró, como dice ahora que ya va a salir, que empezó de cero. Creo que sí podemos, el problema es que nos esforcemos. A lo mejor sí es muy necesario en parte
saber leer y escribir, pero al tener valor para hacer los trabajos sí podemos ejercer nuestro trabajo como mujeres. Ahora esa compañera ya va a saber muchas cosas, para ella son muchas cosas diferentes a lo que estaba haciendo en su casa, lo que fue a aprender no lo sabía antes en su casa.
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Hay un pueblo donde se nombraron las nuevas autoridades, el equipo que salió ya cumplió
sus tres años, en el equipo que salió hay varias compañeras
y una de ellas no sabe leer y escribir
pero va a venir a participar
cuando le toque su tema. Ella dice que no le va a dar pena porque está aprendiendo y se apoya con sus hijos que saben leer y con su esposo, con su apunte que le dieron, ahí
se está grabando lo que va a decir, porque también lo está viviendo en el pueblo. Es así como
estamos dando ese paso en el pueblo.
También estamos viendo que no estamos decaídas porque
nos estamos levantando entre unos y otras.
Otra de las dificultades que enfrentamos a veces es con los padres, porque a veces los padres
tienen desconfianza en una, en que no vaya a hacer el trabajo. A veces no nos dan chance los esposos de
hacer el trabajo, pero con las pláticas y como siempre se está exigiendo que haya compañeras en los trabajos, pues ya ellos también van entendiendo que sí es necesario que haya compañeras
haciendo los trabajos.
Esa desconfianza tiene que terminar. ¿Cómo lo hacemos? En las asambleas
de zona, con la Junta y el CCRI también, siempre se exige que haya participación de compañeras y eso tiene que ir como tarea. Cuando llegan los compañeros
o compañeras al pueblo nos dicen que tenemos que nombrar
compañeras para las áreas o trabajos donde las mujeres no están participando.
Por ejemplo, si hay un pueblo donde se nombra a las compañeras,
entre hombres y mujeres se
nombraban las trabajadoras, pero si las compañeras siempre
dicen que no, que no van a poder, entonces
buscamos otro método para que acepten el cargo. Hemos hecho reunión de puras
compañeras, en una de ellas pasó que nadie quería tomar el cargo, estábamos
buscando compañeras para las tres áreas y otros cargos, entonces dijimos que sea por lista, cuántas mujeres somos entre muchachas y casadas, vimos cuántas somos y se nombró por lista. Ahí se vio que a veces nos funciona eso de obligarnos entre nosotras, porque cuando nombramos una partera dijo:
– Yo no voy a poder de partera,
mejor voy a ser huesera. Cuando la nombramos de huesera dijo:
– Yo no voy a ser huesera, mejor autoridad.
Cuando le dijimos, bueno, ahorita no vas a pasar pero va a venir tu turno más después. ¿Qué dijo la compañera?
– Quiero ser comisión de la autoridad o comisión de la responsable.
¿Por qué pasa así? Porque nos estamos obligando nosotras mismas a ver que sí tenemos que tomar
un cargo. Lo que va pasando ahí es que entre nosotras
nos tenemos que obligar un
poco,
nos van a nombrar involuntariamente, son pocas las que somos voluntarias.
También a veces tenemos el desánimo,
no queremos tomar cargos porque sabemos que a lo mejor va a ser sola. Si me nombran yo sé que voy a ir en la Junta pero me siento solita porque
mi pueblo no va a ir conmigo y quién sabe si allá hay compañeras. A veces hay pueblos que para resolver eso lo coordinan, nombran dos compañeras en una comunidad y entonces
se van las dos a hacer el trabajo. Pero no siempre las dos tienen que salir, hay veces que una de ellas se queda, pero como a esa compañerita ya la fueron encaminando porque al principio iba con la otra, ya se anima a quedar
solita.
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Ha pasado en dos ocasiones en la Junta que nombraron a las compañeras
por cuadrilla, dos
compañeras van a
pasar
en el turno de una, las dos van siempre a cada turno, pero una de ellas se casó,
ahorita sigue la compañera
participando, ¿por qué? Porque ya vio que dentro del equipo hay confianza,
entre compañeros y compañeras agarramos confianza al estar ahí en el trabajo.
Ése es otro método
que hemos buscado.
Hay también otros pueblos que se han organizado para
acompañar a las compañeras que nombran, por ejemplo si se nombró una compañera para el Consejo o la Junta, se va a ir a trabajar pero a veces tiene que caminar media hora, una hora, dos horas. ¿Cómo va a llegar ahí? El padre, la madre o la familia se van a cansar, entonces
pasan turno las compañeras para
irla a dejar a su carro o van por ella cuando va a llegar la compañera; la van a dejar, le dan compañía
para que la compañera
vaya a hacer el trabajo
y no se desanime.
La otra dificultad que siempre tenemos las compañeras es con las diferentes lenguas que se
hablan en la zona. A veces hay compañeras que dicen que no le entienden cuando no es su lengua, pero
siempre a través de otra compañera le tienen que traducir lo que se está diciendo. Eso es lo que se hace,
buscarle quién le va a traducir, porque eso es lo que
a veces dicen, que
no le entienden
al castilla, pero se busca quién se lo traduzca. Así es como estamos viviendo las dificultades en nuestra zona.
Preguntas
¿Qué se hace cuando las compañeras rechazan el trabajo por las dificultades que se mencionaron?
¿Cómo le hacen para que se encuentre
a la compañera?
Para resolver las dificultades se han hecho varias cosas, por ejemplo en la cantidad de hijos que tiene como compañeras, en los 47 puntos de prevención que tenemos en la salud tenemos un punto de planificación familiar. Se ha explicado a los compañeros y compañeras
que no quiere decir que no van a tener hijos, pero que dentro de la pareja planeen cuántos hijos pueden cuidar, tanto el
compañero como la compañera, para que ella
pueda
salir a desempeñar
el trabajo que le corresponde
como compañera y el compañero pueda atender los hijos que quedan dentro del hogar. También los compañeros han entendido que como mujeres tenemos ese derecho y ese espacio para participar, hay
compañeros que quedan dentro de la casa a cuidar sus hijos y a la compañera
le dan esa oportunidad o ese espacio para que ella pueda salir a hacer el trabajo.
En el temor de equivocarnos como compañeras, o en el apoyo moral a las compañeras, en eso se ha dicho como zona, como municipios, que también los compañeros nos animen dentro del pueblo
cuando se van a nombrar autoridades. A veces dice la compañera:
– No, es que no voy a poder. No sé escribir, no sé leer. Es que tengo pena para hablar. ¿Qué tal que no es como voy a decir?
Ahí le decimos a los compañeros
y a las otras compañeras que ya participan, en vez de que le metan esa idea que no va a poder la compañera,
que le animen, que le levanten la moral a esa compañera de que sí ella puede hacer el trabajo,
que la animen, que le digan:
– Es que al entrar ¿acaso vas a ir hacer el trabajo que te corresponde
de por sí? Vas a entrar
para aprender. Estando ahí unos cuatro, cinco meses, le vas agarrando cómo hacer el trabajo, es como vas a ir participando.
Eso se ha dicho como zona, como municipio y dentro de los pueblos,
que nos apoyen también
como compañeros a animarnos a participar. Hay compañeras que nos sentimos que no vamos a poder participar o no vamos a poder hacer el trabajo,
pero dentro de nuestra
zona hay compañeros
que nos animan y nos dicen:
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– Sí, compañera,
vas a poder, lo vas a poder hacer el trabajo.
Así nos empiezan a animar los compañeros, es como nos levantan la moral como compañeras,
que sí podemos como mujeres.
Decían que falta el valor de enfrentar los problemas, hablando
desde el gobierno
local, municipal,
¿cuáles son los problemas que la mujer no ha podido enfrentar? ¿Cómo hacen para resolver eso?
En esa dificultad nos
referimos a que
como mujeres,
dentro de
nuestro trabajo
tenemos compañeras, ya sea Junta de Buen
Gobierno, consejas municipales, autoridades locales, promotoras
de salud, promotoras de educación,
etcétera, que hemos enfrentado diferentes problemas en nuestro
caminar, por x problema que enfrentemos como compañeras, pero hay compañeras
que tenemos ese valor de decir “¿qué me pasó, por qué me desanimé de mi trabajo?” Hay compañeros y compañeras que nos ayudan a resolver nuestro problema y seguimos adelante con nuestro trabajo.
Pero hay compañeras
que nos sentimos mal, o sea ya escuchamos
algo
de nosotras que están diciendo o vemos algo mal que topamos en el camino y nos desanimamos, no tenemos ese valor
como compañeras de decir “¿qué es lo que me pasó? ¿Por qué me desanimé?”
Esas compañeras se van de su trabajo sin saber por qué dejaron tirado su trabajo. A eso nos referimos cuando decimos que
no tenemos el valor de enfrentar
los problemas dentro del trabajo que tenemos.
Al hablar a nivel Junta de Buen Gobierno,
que en algunos casos han enfrentado y resuelto problemas
de justicia, ¿alguna vez han topado con un problema grave y cómo se resolvió?
Sí arreglamos problemas, desgraciadamente nos tocó a nosotros
con otra compañera. Cuando
pasamos como miembros
de la Junta de Buen Gobierno sí topamos un problema que al principio
nos estaba siendo
difícil de solucionarlo. Nos llevó dos días para solucionar ese problema porque no teníamos esa capacidad para empezarlo a resolver, pero sí le dimos solución al problema
aunque tardó, nos llevó casi dos días solucionarlo. Hubo otros casos que nos topamos, cuando
hay compañeras que nos acompañan
y tienen esa idea de cómo hacerle,
de cómo darle solución,
nos apoyamos entre compañeras, pero a veces nos topamos con un grupo de compañeras
donde sólo una está opinando y las demás no opinan cómo hacerle,
entonces pedimos apoyo con los
compañeros que están al alcance en esos momentos,
que nos echen la mano en apoyarnos para
buscar la solución.
A veces que nos toca caso difícil, por ejemplo nos tocó un caso de asaltantes que nos los
llevaron ahí amarrados,
trincados esos asaltantes y decían que sí asaltaban
y que son cabrones, y en ese momento no había más compañeras
que nos den idea cómo darle solución a ese tipo de problemas. Pero estando ahí dentro de la Junta empezamos a ver cómo hacerle, no teníamos idea de
cómo darle solución,
entonces buscamos un compañero
que estaba al alcance para que nos apoyara
en darnos idea de cómo hacerle.
Sí pudimos solucionar
ese problema con apoyo del compañero y en otros tipos de problemas,
cuando hay compañeras
que sí respondemos
en dar opinión para resolver, sí hemos podido solucionar los problemas.
Ustedes como compañeras que ya pasaron como miembros del Consejo Autónomo, de la Junta de Buen
Gobierno, ¿cómo han hecho para que no se pierda ese conocimiento, idea, experiencia que tienen de
participar en esas instancias de gobierno?
¿Se ha aprovechado o desaprovechado
su experiencia?
Hasta ahorita
la mera verdad
no nos hemos organizado
como compañeras para transmitir esas experiencias e ideas a las demás compañeras. No hemos tenido ese alcance para compartir
experiencia con otras compañeras, pero sí ya están dando clase con las demás
autoridades, aquí vamos
aprendiendo, a lo mejor cuando regresemos nos involucramos ahí para darle ejemplo
a las demás compañeras.
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¿Cuántas compañeras hay de comisariadas y agentas en toda la zona?
Casi la mayoría de los pueblos tienen compañeras participando pero no tenemos un dato
exacto, pero en el Consejo no ha habido mucha
participación de las
compañeras mujeres, se empezó a
promover
más cuando hubo la ley de participación con los pueblos zapatistas. Empezamos a promover la participación de la mujer a nivel local, en los pueblos, municipios,
desde ese tiempo, no recuerdo el año cuando hubo el encuentro de los pueblos zapatistas con los pueblos del mundo, es donde se empezó a promover a nivel zona la participación de las mujeres, se empezó a tratar de
integrarlas a nivel zona, pero no se ha logrado totalmente.
Una pregunta, tal vez tonta la pregunta pero la voy a hacer. Allá en sus diferentes niveles de gobierno autónomo, ¿no han enfrentado problemas con las compañeras, lo que llamamos “problemas de
falda”? Y si lo han enfrentado cómo lo han resuelto.
Sí se han arreglado casos así. Nos llegó
un caso, casi
cuando
entramos las dos, hicimos la agrupación como Junta y nos dejaron encabezando un equipo a las dos y nos llegó un problema de una compañera que se fue a quejar
con nosotros porque la estaba maltratando su esposo. Es increíble y
fue muy feo para nosotras, decía la compañera, “quiero la separación de mi esposo”, pero ese ex compa ya tenía
otra esposa. Estuvimos viendo cómo está el problema.
Llamamos a los hijos de la esposa primera y de la segunda y ahí empezamos
a ver el arreglo, por eso se nos alargó un poco.
Vimos muy cabrón nosotros, porque pensamos que sólo la golpeó, pero no, el canijo señor ese
colgó a la compañera de los
pies hacia abajo y ahí
le pegó, igual junto con otros
dos de sus hijos, y nosotras tuvimos que ver ese arreglo.
¿Cómo le dimos solución? La compañera pedía separación, entonces lo hicimos repartiendo
los bienes del señor. Los bienes pasaron a la primera esposa con los hijos porque el señor estaba ofendiendo, pero no lo dejamos en cero porque la segunda esposa ya tenía también un hijo grande,
entonces le dejamos al otro hijo una parte, pero no al señor. Todos sus
bienes los repartimos, es
como le dimos solución,
le dimos su derecho a esa compañera que se fue a quejar con nosotros.
¿Qué pasa cuando
las compañeras, como integrantes del
gobierno autónomo, llegan a tener
problema con un compañero de su mismo equipo? Eso en algunas
partes ha sido una de las causas que impide la participación de las compañeras.
Eso de por sí creo que en
cualquier parte pasa. En una ocasión pasó en nuestra zona, lo que se hizo ahí, como vimos que no estaba tan grave, se les llamó la atención. Y en otro caso
un
compañero quiso faltarle al respeto a la compañera, lo castigamos al compa entre nosotros, quedó fuera de su trabajo
el
tiempo de castigo. Pagó su castigo en la
zona pero fuera de la oficina, no
era autoridad esos
días, y claro, se le llamó la atención. Quiso completar su trabajo y tuvo que volver a
retomar después de su castigo. Es lo que se ha hecho entre nosotros.
Como Junta ¿dejaron así nada más al aire esos problemas o hubo una iniciativa sobre qué hacer si
se presentan esos problemas en el futuro?
Se le dio solución entre nosotros, pero no hubo otra iniciativa, nada más se dio a conocer a la zona, no hemos planeado algo
más sobre eso. Hay un reglamento para
la
Junta pero no está ese punto.
¿Es que no debe estar en el reglamento?
No se puso en el reglamento porque pensamos que entre nosotros no iba a pasar, entramos
como equipo y con la confianza entre todos, pensamos que somos compañeros y no se pensó si algún día
va a pasar eso. Tenemos que reforzar más ese reglamento, ahora sí ponerle eso y pensar en los problemas que pueden pasar, para que el día que pasen ya tengamos hecho algo para resolver.
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¿Esos problemas no causan desánimo para el futuro de la participación de las compañeras?
A veces sí
porque a la hora de que lo escuchan, nuestros padres o esposos dicen “no, pues eso es lo que vas a hacer” y no quieren que las compañeras
participen. Pero claro que otra vez levantamos
la participación con el mismo
ánimo de las compañeras,
a quien le pasa sigue adelante
y tiene que hacer su trabajo. Ese problema se le pasó a la asamblea para que esté enterada
y ya así los compas van a estar
sabedores de que todo se tiene que publicar al momento que pase. Sí se ve que es una dificultad
pero por lo visto hasta ahora no se ha quedado
así, siempre estamos para
delante.
¿Ha habido algún pueblo que no tiene comisariada, agenta?
Por lo que se ha estado promoviendo de por sí todos tienen, aunque hay pueblitos de una o dos familias las compañeras de por sí que participan. Donde son chiquitos, si no tienen comisariada
tiene un agente, siempre
tiene que tener su comisariada también, está cubierto. Y hay regiones
en donde hay una familia en los pueblitos,
ellos se han unido para nombrar una comisariada o su autoridad, porque a veces hay que son dos o tres familias y de ahí tiene que salir el promotor
de salud, de educación y la autoridad,
el responsable local, entonces se unen y ahí nombran uno que va a traer el trabajo.
¿Cómo le hacen en los pueblos que son lejanos, donde hay uno o dos compañeros?
Ésos se tienen
que
unir donde vean más cercano, así se les dice, que donde sientan más cercano
es donde se van a unir, si nada más está
de por sí solo el compa, él es responsable. En la zona tenemos
un acuerdo que a partir de 10 familias es obligatorio
una
compañera y un compañero
autoridad. Si es una familia más
chiquita, la familia
va a determinar
si nombra a un compañero
o una compañera.
Tenemos el ejemplo que de por sí las compañeras hacen el trabajo, porque hay compañeras y compañeros que son de una familia en pueblos chiquitos o familias
de 10, y esas compañeras van a la reunión de municipio
o de zona, ya no va el compañero.
En el municipio y zona se dan los trabajos que hay que realizar como zona y al final nosotros como autoridades
nos damos cuenta que los trabajos se realizan en ese pueblo, entonces nos dan a entender que sí la compañera
va a hacer su trabajo.
Como compañeras zapatistas que se organizaron, ¿qué es lo que ustedes sienten y cómo se miran frente a otras hermanas que no están organizadas?
La diferencia cuando ya estamos organizadas se ve bien que cualquier trabajo se puede
hacer. Se pueden hacer los trabajos cuando ya las compañeras estamos organizadas y cuando las compañeras no
están organizadas
están cada
quién por
su rumbo,
no hay
un trabajo.
Como estamos organizadas
ya vimos la diferencia en que vivimos, estamos viendo la diferencia
que hay con las que no están organizadas,
no es igual. Por eso nosotras como zapatistas, como
mujeres zapatistas, nos sentimos bien porque hemos podido pasar todas las dificultades que nos
presentan en la familia, en las comunidades y los demás problemas
que se van presentando, por
ejemplo que nos golpean, que nos violan o que vengan borrachos y nos maten por tantos golpes, eso ya no hay en nuestras familias.
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Gracias a esta participación hemos podido darnos el valor de enfrentar eso, le vamos a decir
a nuestros compañeros
que no es justo que nos traten así. Pero con ellas, las compañeras que no están organizadas, no es así; con ellas siguen esos maltratos, no tienen la palabra de decir que ya no, “ya no queremos”, ahí sigue la drogadicción, sigue el alcoholismo, sigue la violación, hasta ya escuchamos que hay prostitución. Eso ya está llegando a las comunidades
y con nosotros
en la organización
no está así, por eso
nos sentimos bien porque ya tenemos ese valor, ya tenemos esa idea que podemos decir que ya basta.
¿Las compañeras bases de apoyo pasan a ser también comisión de vigilancia
en el Caracol?
No, porque no se ha hecho un acuerdo todavía en la zona, no han pasado. La participación de las compañeras en la comisión
de vigilancia, de los pueblos, no hay por falta de promoción. Pero se inició una vigilancia, o apoyo para la vigilancia
en los pueblos, por parte de compañeros del núcleo de resistencia, ahí sí hay participación de las compañeras.
Hablaban de que en el área de salud están fomentando la planificación familiar, ¿cómo lo toman las compañeras
y los compañeros bases de apoyo? Porque parece que a veces eso es mal visto, en una parte por lo
que
la iglesia nos mete, queremos saber si ha habido malos entendidos
o problemas sobre la planificación familiar.
En eso no hemos enfrentado problemas con las compañeras, es algo que se trabaja a través de las promotoras
de salud de nuestros pueblos, donde no hay promotoras están los promotores de salud. Se les da plática a las compañeras,
a los compañeros,
de este tema y hasta ahorita no hemos enfrentado problemas, no ha
pasado que las
compañeras o los compas no lo entiendan o lo entiendan de otro modo.
Desde un principio se les habló claro a los compañeros
y las compañeras,
se explicó que no se les está prohibiendo tener hijos, sino que realmente se les está diciendo que planeen, por eso se llama planificación, que lo entendamos como compañeros que no es como lo que hace el gobierno,
sino que es planear dentro de la familia. Eso hemos hecho que logren entender
como compañeras y compañeros.
¿Cómo van con la Ley Revolucionaria de Mujeres, se ha cumplido o qué falta?
En cuanto a la Ley Revolucionaria de las Mujeres, tenemos que ser claras en que no nos
hemos reunido como compañeras
para analizar de
lo que nos falta cumplir de
la ley revolucionaria.
Pero en estos tiempos
que estuvimos trabajando
para venir a presentarnos aquí, nos dimos cuenta
que sí necesitamos trabajar más lo que es la Ley Revolucionaria de Mujeres, porque hay puntos
que sí los estamos haciendo aunque sea en lo mínimo, pero hay puntos que no hemos alcanzado completarlos.
Entonces dentro de la plática que teníamos como compañeras, nos obligamos a
decir que después
de todo esto que se está haciendo tenemos que convocar asambleas de autoridades municipales,
junto con las
compañeras locales de los pueblos y apoyadas con las
regionales de nuestra
zona,
para empezar a ver lo que nos hace falta y otras tareas que nos quedaron como
compañeras.
En estos trabajos que empezamos a hacer nos dimos cuenta que hay muchas cosas como compañeras que nos falta hacer, pero eso lo dejamos en otro tiempo, cuando regresemos
a nuestra
zona para empezar a promover los trabajos que quedaron pendientes.